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Sincronicidad o: Azrael, el Arcángel de la Muerte y del Duelo

  • Writer: Katja Oestreicher
    Katja Oestreicher
  • Feb 3
  • 4 min read

Black dog standing in the field
Azrael, el arcángel en forma de un perro

Cuando estuve aprendiendo como leer y hacer tarjetas de oráculo, también recibí lecturas de otras personas. En una ocasión, Azrael, el arcángel de la muerte y del duelo apareció. Nunca había escuchado el nombre antes, entonces claro que me asustó algo, pero me puse a investigar rápidamente.

Puede que suena como la parca, pero de hecho, Azrael es una figura benévola, quien ayuda a los moribundos cruzar al otro lado, y después pasa un tiempo con los que se quedaron en duelo.

Dos días más tarde, uno de los cachorros de mi casero en este entonces apareció en frente de mi casa, flaco como un esqueleto. Él y su hermano dominante solían pasarse el tiempo en mi patio, pero no los había visto en una semana o dos. Pensé que tal vez mi casero los había regalado, porque los dos eran bastante exuberantes, y su familia ya tenía unos cinco perros para cuidar.

Hasta este entonces, no les había permitido a los cachorros pasar a la casa, porque ya viví con un perro y dos gatos, y realmente no tenía el tiempo o la paciencia para cuidar estos dos bribones. Pero el cachorro demacrado estaba muy desesperado, y entonces decidí darle paso. Solo se acostó en una esquina y rápidamente se durmió profundamente. Un vecino pasó este día para tomarnos un café, y él me aconsejó que sería mejor dejarlo quedarse, porque más probable se moriría de otra forma.

El cachorro se despertó en la tarde y se fue, pero regresó una hora más tarde, y se quedó la noche. En la mañana desapareció de nuevo, pero cuando regresé de mi caminata matutina, ya nos estuve esperando, para que le dejara entrar. Así seguimos unas dos o tres semanas, y el pequeño cachorro negro lentamente empezó a poner peso y sentirse algo más seguro.

Cuando me topé con mi casero, le pregunté que había pasado con el otro cachorro. Me contó que los dos se habían enfermado del parvo virus, y tristemente, el más fuerte no lo sobrevivió. Le pregunté si quería dejarme el sobreviviente, o si lo quería de regrseo. ¡A mí me pareció injusto que yo tenía el perro mientras él pagaba la comida! Con algo de mala gana se dio cuenta que el cachorro ya había tomado la decisión, y me lo dejó.

Yo, por otro lado, me di cuenta que este cachorro tenía que ser el Azrael que me fue prometido por la tarjeta de oráculo. Al fin y al cabo, él había ayudado a su hermano cruzar, y luego me buscó. Probablemente sabía que yo todavía estaba triste por mí vida anterior, que se había deshecho después de una experiencia cercana a la muerte.

Entonces, nuestra familia interespecie tenía un nuevo miembro. Al inicio, era todo un desafío llevar Azrael a nuestras caminatas. Él se sintió tan abrumado y ansioso, que explotó cada vez que pasamos por un portón con un perro atrás, constantemente jaló la correo, porque tenía que llegar al próximo punto que quería olfatear, y cada nueva experiencia casi le dio un infarto.

Se asustó terriblemente cuando vio a un humano sobre una bicicleta la primera vez. Ya pensó que los humanos eramos algo raros, pero humanos con llantas definitivamente era demasiado para él.

También nos metió en problemas más que una vez, mientras que estaba creciendo muy rápidamente:

Varias veces se salió de un agujero en la reja para robarse uno de los pollos del vecino. ¿Adivina quién pagó sus "golosinas"?

Rápidamente también hizo amigos. Un día fuimos a la tiendita del pueblo, y él se quedó afuera para jugar con uno de los perros callejeros. De repente, un hombre enojado entró a la tiendo y preguntó quién era dueño del perro negro. Azrael había dañado el coche del señor, al chocar con él. Me acordé pensando que suertuda soy - a los perros de otras personas se les atropellaron, pero él mío solo dejó una mella en el coche. Claro, tenía que pagar el daño.

La obeja preñada que cazó y atacó mientras que estuvo aprendiendo como controlar su instinto cazador por suerte sobrevivió, pero yo pagué la veterinaria.

Cada vez que Azrael vio los toros trabajando en el campo, se paró y los admiró profundamente. "Así de fuerte quiero ser cuando crezca", me decía una y otra vez. Le contesté: "Está bien, vamos a hacer un trato. Te doy todas las croquetas que quieras y vamos a caminar mucho, pero tú tienes que aprender como controlarte solito, porque serás más fuerte que yo."

Muchas veces le soprendió a Azrael y Benito el gato sentados uno en frente del otro, aparentemente en profunda conversación. Cuando les pregunté de que se trataba eso, nunca me contestaron. Después de un rato, me di cuenta que el viejo Beni le estuve explicando al joven Azra como cuidarme, cuando era tiempo que Beni cruzara.

El tiempo pasó, y Azrael se volvió un perro gigante, mero como lo había deseado. La misma gente desdeñosa que se había burlado del cachorro flaco y nervioso con las patas largas, ahora cruzaron la calle por miedo y se mantuvo lejos de nosotros.

Azrael cumplió su parte del trato: Ahora es el perro más amigable y noble que te puedes imaginar, con nervios de acero. Se alegra mucho cuando vemos a perros chiquitos, y cuando salimos con un grupo de gente o perros, él cuida a todos. Hasta se hizo amigo con una burrita joven.

Cuando era niña, siempre me gustaron los perros grandes, pero vivíamos en departamentos tan pequeños que no era posible tener uno. Mi sueño se cumplió de manera muy inesperada. Lo más asombroso es que Azrael me adoptó a mí y no vice versa. Él entró a mi vida en el momento perfecto, y es el ser más noble que te puedas imaginar.

Las sincronicidades existen. Solo tienes que permitir que la vida fluye, y lo que es para tí te llegará en el momento perfecto.

 
 
 

Copyright 2025 by Kati Sandmann

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